Hasta donde se puede afectar a una persona que presenta TDA/H
Cuando se vive con una discapacidad invisible como lo sintió Regina Ferrari, resulta difícil expresar las ideas e intentar comprender los escritos. La vida escolar resulta desagradable, las matemáticas incomprensibles, como si se estuviera hablando de extraterrestres, la enseñanza de fracciones imposible de asimilar con cantidades e imágenes; cuando lo mejor sería dividir el pastel en ocho partes y saber que está saboreando un octavo.
Unida a la discapacidad está el sentimiento del rechazo de los compañeros por el exceso de movimiento, escuchar frases como “parece que tienes chinches “, observar que se tapan los oídos porque no soportan las constantes interrupciones.
Ante los anteriores efectos resulta evidente la necesidad de seleccionar e implementar estrategias de atención para dar respuesta a las necesidades que le permitan una vida plena.
Te invito a dar lectura a la siguiente presentación de un caso real de una persona que tiene TDA/H y que aprendió a vivir con él y a superar los obstáculos.
COMPARTIR PARA CRECER
Poder mantener relaciones afectivas con personas y objetos distintos de nosotros mismos; poder amar a aquellos que nos aman y se preocupan de nosotros mismos, y dolernos por su ausencia en general, poder amar, pensar, experimentar gratitud y enfado justificado que implica una participación activa de los involucrados, bloqueando el miedo y la ansiedad mediante una interacción social que permite ser capaz de imaginar la situación de otro, haciendo posible un control sobre el propio entorno.
sábado, 2 de julio de 2011
viernes, 17 de junio de 2011
jueves, 16 de junio de 2011
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